Fue precisamente uno de mis más consentidos maestros quien dijo "La ciencia no nos ha enseñado aún si la locura es o no lo más sublime de la inteligencia." Las implicaciones de esta frase llegan a cuestionar los cimientos mismos de todo cuanto nos rodea... pero no lo pienses demasiado, podrías entenderlo.
Los artistas somos gente extraña... en eso nos convierte estar permanentemente buscando lo nuevo, lo diferente, interpretando las posibilidades de lo trivial, de lo convencional, para crear algo distinto, una idea que cambie lo establecido. Eso hacemos, entre esta lastimosa mediocridad en la que casi todos parecéis sentiros tan espantosamente cómodos. Luchamos para mostrarte nuestro cristal, ese con el que vemos (entre otras cosas) una humanidad de humanidad, y no el reflejo de una sociedad cataclísmica, avocada a la esclavitud del espíritu y a la destrucción de sí misma... y si no lo remediamos, del mundo que nos vio nacer.
A ver si entiendes esto; GRACIAS A LA CRISIS, si, pues parece que la base de la sociedad, esa que va por el mundo mirándose el ombligo, (no por egoísmo, sino porque el yugo de la civilización no les deja tiempo para pensar que las cosas no tienen por qué ser así) ha despertado en parte. La desgracias es que en cuanto las cosas se encaucen un poquito, todos volverán a lo suyo, y los locos seguiremos subidos en cajas de cartón, gritando incoherencias sobre el día del juicio, de un sueño que tuvimos, con nuestras gafas redondas color rosa, hasta que los cuerdos nos hagan callar... pero no lo pienses demasiado; podrías entenderlo.
Román Emiliano Martínez García
